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2.11.12

¿Dicen que los cambios son difíciles no?.. será por eso que dan tanto miedo. El fin de una etapa, de mil costumbres, de toda una corta vida. No quiero terminar la secundaria, daría lo que fuera por retroceder seis años atrás y volver a ser esa nena que estaba a nada de convertirse en una mujer. 
Pise el colegio por primera vez, fuimos a formar y después entramos a clase. Una compañera me propuso sentarme con ella, que bien, no estaba sola. Tanta gente desconocida, chicos lindos, grupos formados. Así empezó todo lo que hoy esta por terminar. En ese lugar conocí a las personas que forman parte de lo más importante de mi vida, mis verdaderos amigos, mis hermanos. Aprendí casi todo, descubrí mil y un cosas. Entendí lo que es el respeto, lo que es la igualdad, el compañerismo y el amor. Un recreo, una hora libre, safar de una prueba o que el chico que te gusta te cruze una mirada, a los trece años te puede convertir en la persona más feliz del mundo. A medida que pasa el tiempo el grupo se agranda, se achica, los amigos se pierden, otros se ganan, algunos se van y vuelven con el tiempo, pero siempre hay alguién para compartir una clase, alguién para charlar mientrás el profesor esta dado vuelta copiando en el pizarrón o mirando para otro lado. Ese amigo que cuando toca el timbre te dice "che, ¿me acompañas al quiosco?" o esa amiga que todos los recreos tiene que ir al baño y mientrás la esperás te mirás al espejo, te peinas y te acomodas la pollera porque tenés que estar perfecta para los chicos que te miren. Y esas tardes que estás totalmente deprimida y tu amiga que siempre esta en todas te escucha, te aconseja y te dice "es un pelotudo", o las tardes que con la mejor onda del mundo te sentás en el banco y no paras de reirte hasta que toca el timbre de salida. Y siempre esta esa clase que odias.. mirás el reloj y son las 4:10, a la media hora lo volvés a mirar y son las 4:15. Horas interminables, profesores inaguantables que te explican temas que solo sirven para que digas "¿para qué carajo me va a servir saber esto en la vida?". Y así, en esta rutina, van pasando los años. Cuando te queres acordar ya no sos más la nena de septimo. Ya menstruaste, ya chapaste, hiciste tu primer paja, te teñiste, saliste a bailar cien veces; una persona totalmente distinta. Y llega un momento que ya no te importa si el profesor te reta, si llegas tarde, si no llevas el uniforme, si te sacas un uno, si estás despatarrada en la silla con las piernas abiertas.. total, tenes calzás. Lo único que te importa es disfrutar lo más que puedas con tus amigos, porque estás en el último año y sabes que te quedan pocas tiempo, y tenés ese miedo inmenso a que esas personas que tanto amas con los meses se vayan alejando cada vez más de tu vida. Querés disfrutar cada segundo que tus zapatos están pisando ese suelo, por que sabes que no vas a volver a entrar a ese lugar que te dejo muchos de los mejores momentos. Ese banco en el que escribiste el nombre de tu amor platonico, ese quisco donde compras todas las tardes, ese lugar donde te sacabas fotos cuando estabas en octavo o de donde, escondida con tu mejor amiga, mirabas al chico que te gustaba. Esos lugares donde corriste, reiste, peleaste, comiste, abrazaste. Esas tardes en las que con tus amigas planeabas que ropa te ibas a llevar a tu viaje de egresados y como iban a ser el disfraz y los carteles de tu fiesta, dos cosas que de repente pasaron y que no sabes como superar porque te marcaron de por vida. Y así estoy yo, a menos de un mes de cerrar un capítulo para abrir uno nuevo, queriendo hacer en estos días todas esas cosas que no hice estos seis años. Lamentablemente, el tiempo pasa muy rápido cuando se lo disfruta, pero me llevo lo vivido que es mucho y me voy a ir llorando porque se termina, pero feliz de haberlo vivido.

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